Jerezano, alegre, vitalista, celoso de su intimidad, humilde y con un talento natural para el bel canto que Alfredo Kraus supo identificar y lo convirtió en su discípulo. Conocer a Ismael Jordi fue maravilloso. Desde el principio supe que tenía delante de mí una persona joya, de ésas que escasean, y crear su marca personal, su book de fotos (by Francisco Pinteño), sus redes sociales y la relación con medios especializados y generalistas fue un placer. Gracias Ismael.